¡Hola blogueros! En este nuevo reportaje hablaremos de uno de los espacios religiosos más importantes de la ciudad blanca de Arequipa y del Perú, el «Monasterio de Santa Catalina».
Situada al sur de Perú, en la ciudad de Arequipa, en el departamento del mismo nombre, muy destacada por su gran belleza arquitectónica colonial y una historia impactante.
Este hermoso lugar religioso se asienta en un acogedor emplazamiento, destacando su gran belleza. Presenta un material conocido como «sillar», utilizado tradicionalmente en diversas construcciones de la ciudad. En el Monasterio se utilizaron 2 tipos de este material para su construcción, el sillar blanco que proviene del volcán Chachani y el sillar rosado del volcán Misti.
Historia
La fundación de este gran convento en el siglo XVI, fue gracias a la petición de los ciudadanos y del virrey Francisco de Toledo, quien dio el permiso para iniciar la construcción de este convento dominico, tomando el nombre de Monasterio de monjas privadas de la orden de Santa Catalina de Siena.
Desde su inauguración, el 10 de septiembre de 1579, varias mujeres de diferentes partes del país, entre criollas, mestizas e indígenas, habitaron este convento. Cabe destacar que Doña María de Guzmán, una joven viuda de la nobleza, fue la primera mujer en ocupar el convento y apoyó su construcción aportando sus bienes.
Después de que un fuerte terremoto sacudiera Arequipa en 1582, causando graves daños a las instalaciones, las monjas que residían en este convento acometieron ellas mismas todas las reparaciones. Construyeron individualmente cada espacio y lo decoraron según su estilo.
Finalmente en 1970, decidieron abrirlo al público para que todos los turistas y ciudadanos de Arequipa pudieran conocer y disfrutar de este enigmático lugar.
Qué observar dentro de este gran convento
Gran parte de ella fue restaurada para aumentar su atractivo para el público, conservando al mismo tiempo su planta y características originales. Coloridas flores adornan las callejuelas y los claustros, mientras que las paredes están pintadas con tonos frescos.
Estrechas callejuelas conducen a las distintas partes del convento a través de lugares pintorescos y habitaciones con mobiliario original.
Portada del monasterio
El portal de entrada está adornado con un relieve de Santa Catalina de Siena, la santa a la que está dedicado este convento.
Patio del Silencio
Era el lugar donde las monjas se reunían para rezar el Santo Rosario y leer la Biblia en completo silencio.
Claustro Mayor
Construido entre 1715 y 1723, es el claustro más grande del monasterio.
Cocina
Esta cocina llama mucho la atención por su ambiente que nos transporta siglos atrás. Algunos expertos creen que su alto techo abovedado se debe a que se utilizó como capilla.
Lavandería
Fue construido en 1770, cuando Arequipa se abastecía de agua a través de acequias. En ella encontramos 20 medias tinajas, que son grandes recipientes de barro, antiguamente utilizados para almacenar granos, maíz o vino.
Claustro de los Naranjos
Esta construcción data de 1738, su nombre se debe a la presencia de naranjos. Una particularidad de este lugar son las tres cruces situadas en el centro del claustro ya que forman parte de una tradición, donde las monjas representan la Pasión de Cristo cada Viernes Santo.
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